martes, 12 de mayo de 2009

Etapa 2. Tábara - Puebla de Sanabria.


"If it was easy everyone would be doing it"

Día 26 de abril, domingo. La noche había pasado entre los distintos ruidos propios de un albergue y los chaparrones que habían caído.

Me acosté bajo de moral, estaba lloviendo y el día siguiente parecía que seguiría así. Teníamos 90 kilómetros por delante y no pintaba nada bien... encima tenía fastidiado el culo -si, el culo- y es que el día anterior había llevado 2 cullotes y no había ido del todo bien. No fueron buenos momentos., y con el Camino ya hecho (la historia se cuenta ya desde casa) creo que fue el peor momento en cuanto a la moral.

Pero el día apareció soleado, mi culo estaba perfecto -había funcionado la crema que Chipi nos había enviado con Paco- y en cuanto al trazado, el café de por la mañana en El Roble con nuestros amigos de Sevilla y unos cuantos lugareños lo aclararon, ir por carretera a Mombuey suponía recortar casi 18 kilómetros (40 vs 58). Miramos el trazado y la decisión nos fue fácil. Estaba claro que este Camino no iba a tener la pureza y la fidelidad que el trazado marcaba, pero creo que lo ambicioso de las distancias marcadas sobretodo dentro de un calendario apretado y con obligaciones no daban mucho margen. En ese momento ví que era mejor cambiar esa idea de Camino Puro por una idea de Camino a realizar por un grupo de amigos (empezabamos 3, se iban a unir 2 más en A Gudiña, y por el Camino nos encontramos a 2 bicigrinos más), encontraríamos otros alicientes y el grupo pedía eso.




Llegar a Mombuey, a tren, con sol y pensando en un buen bocadillo al llegar facilitó hacer los 40 kilómetros que teníamos por delante. Allí cumplimos el deseo y tomamos el bocadillo de lomo que habíamos soñado anteriormente, fue en el Bar Martino, donde muy amablemente fuimos atendidos.
Mirábamos la Credencial y no tenía más que sellos de bares... cada vez esto se parecía menos a un Camino Espiritual. Así que nos empeñamos en conseguir el sello de la Iglesia parroquial de Mombuey (en la foto la torre templaria de la iglesia), esperamos a que empezara la misa a las 12:30, y que acabara a las 13:00 horas... hablé con el párroco pidiéndole el sello........................ mi sorpresa fue que nos remitía a Calzados Alonso, que es donde estaba el sello....... era domingo, lógicamente Calzados Alonso estaba cerrado...... nos quedábamos sin sello religioso, ya teníamos el del bar Martino.

Tocaba tocar campo y Camino, así que desde Mombuey decidimos seguir el trazado original, y se agradece por los sitios por los que se pasa tienen gran encanto., pequeños poblados, pequeñas iglesias, bonitos caminos,...
Y así llegamos a Asturianos donde acabamos de ver la carrera de Alonso (sin comentarios) y aprovechamos para comer... el sitio no merece ser nombrado, por lo que pasamos a la anécdota de rueda pinchada después de comer., cambio de cámara y a seguir disfrutando del Camino.





El final de etapa tenía una prolongaba bajada hasta Puebla de Sanabria, para finalmente acabar subiendo hasta la Parroquia de Nuestra Señora del Azoagüe donde conseguiríamos nuestro sello religioso. Completamos 80,31 kms (de los 92 inicialmente previstos y recortados como se indica), hemos estado 4h54mins sobre la bici, nuestra velocidad media es de 16,38.


Las opciones para dormir finalmente estaban entre el albergue privado a 10€ y compartiendo habitación con 8-10 personas o el Hostal la Trucha que había enfrente por 15€ y nos incluyeron el desayuno... la opción fue la segunda y creo que acertamos.

Antes subimos los 211 escalones que atajan el Camino desde el río a la zona céntrica de Puebla, digna de ver, para acabar cenando en el Mesón Abelardo donde fuimos muy bien atendidos.

Antes de ir a dormir tocó conversación con el camarero de la "Trucha", curioso e interesante personaje. Manitas él. Nos contó como había recuperado el cartel de la foto -Eduardo Barreiros-, el cual debe ser de 1954, y las historias relacionadas con él... dignas de ser escuchadas.


Y así pasa un día más de Camino. Un día que dura 24 horas pero que se recuerda mucho tiempo después. Un día donde se vive mucho, se está tiempo sobre la bici dando pedales., donde uno habla atropelladamente por teléfono con la familia conversaciones cortas y de emergencia, que eso sí, se ven completadas con muchos recuerdos y pensamientos que te vienen a la cabeza a lo largo del día......
Mañana más....

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